Altares en Huaquechula

Primer nivel representa el mundo terrenal. En éste se ubica la foto del familiar fallecido reflejada en un espejo, por lo que no se le ve sino indirectamente. Para algunos lugareños el espejo representa la entrada al más allá, o al inframundo.

En torno a la foto se reparten alimentos y objetos afines al difunto cuando este vivía. La imagen del finado suele estar flanqueada por figurillas de cerámica conocidas como “lloroncitos”, que representan a los deudos sufrientes y cuyo origen también es prehispánico. De igual forma encontramos canastillas de flores y animalitos de azúcar conocidos como “alfeñiques”, que se ofrendan especialmente a los llamados “muertos chiquitos”, los niños difuntos.



El segundo nivel representa el cielo, en donde es posible reconocer angelitos y a la Virgen María. La tela de satín blanco suele estar dispuesta en forma de pliegues que semejan nubes.La modernidad ha llevado a sustituir las velas por luces de neón blancas. El tercero o cuarto nivel simboliza la cúspide celestial, con la presencia invariable de un crucifijo que preside desde lo alto toda la estructura, rematando un espectáculo visual de indudable belleza.
Son los “altareros” los encargados de confeccionar la ofrenda. Es a estos especialistas a quienes se contrata para hacer la instalación y en quienes se sedimenta la tradición material de las características formales de estos altares y cuyos precios oscilan entre los 3,000 y 15,000 pesos, dependiendo del tamaño y la riqueza del ornato.

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